lunes, 15 de septiembre de 2025

Septiembre 15 de 2025

Premercado | Mercados mixtos y a la expectativa de reuniones de bancos centrales esta semana; petróleo sube

Los mercados estarán pendientes de las decisiones que tomen esta semana los bancos centrales: la Fed, el Banco de Inglaterra (BoE) y el de Japón (BoJ).

La mayoría de los mercados bursátiles asiáticos se mantuvieron estables el lunes tras las fuertes ganancias de la semana pasada, con Corea del Sur tocando nuevos máximos históricos y China manteniéndose cerca de picos de una década, a pesar de que los datos de producción industrial y ventas minoristas quedaron por debajo de las expectativas.

En Asia, la bolsa de Tokio no ha abierto este lunes por el festivo nacional del día del respeto a los mayores, mientras el índice de referencia de la bolsa de Shanghái cayó un 0,26 %, la bolsa de Shenzhen ganó un 0,63 % y el índice de referencia de la bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, cerró con ganancias del 0,22 % y tocó máximos desde agosto de 2021.

El principal índice de la bolsa de Seúl, el Kospi, también subió este lunes un 0,35 % manteniendo su racha positiva por décima sesión consecutiva y alcanzando un nuevo récord.

La producción industrial de China aumentó a su ritmo más débil en un año en agosto, desacelerándose hasta un crecimiento del 5,2 % interanual, desde el 5,7 % de julio y por debajo de las previsiones del mismo ritmo.

Las ventas minoristas aumentaron un 3,4 % interanual, por debajo del 3,7 % de julio y de las expectativas de los analistas del 3,8 %.

Los datos sugirieron que el impulso en la segunda economía más grande del mundo seguía siendo frágil a pesar de las señales anteriores de estabilización.

Los ministros de Exteriores, Manuel Albares, y de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, se han reunido con el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el representante de Comercio de EE. UU., Jamieson Greer, para abordar cuestiones de interés comercial bilateral. El encuentro se celebra en paralelo a las reuniones de negociación comercial de EE. UU. y China.

Se trata de la cuarta ronda de negociaciones comerciales que mantienen EE. UU. y China, tras las celebradas en Ginebra, Londres y Estocolmo, y está previsto que se prolongue hasta el próximo miércoles.

Las bolsas europeas, salvo Londres, han abierto la semana en positivo, con la atención puesta en la decisión sobre tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) de EE. UU., el próximo miércoles, descontando ya el mercado una rebaja de 25 puntos básicos los tipos de interés, la primera que se produce en los últimos nueve meses.

Las bolsas europeas, con el euro apreciándose un 0,16 % y cambiándose a 1,175 unidades, han ampliado sus subidas salvo Londres, que mantiene una caída del 0,09 %, de manera que París sube el 0,99 %, Milán el 0,79 % y Fráncfort el 0,26 %.

El Euro Stoxx50, índice en el que cotizan las empresas europeas de mayor capitalización, sube un 0,63 %.

Los mercados además de estar pendientes de las decisiones que tomen esta semana los bancos centrales, ya que además de la Fed se reunirá el Banco de Inglaterra (BoE), el jueves, y el de Japón (BoJ), el viernes.

En este día, las bolsas tendrán como referencias la publicación de la balanza comercial de julio de la eurozona y de Italia, y el informe mensual del Bundesbank. Además, en Alemania se celebrará una subasta de deuda a 12 meses, y en Francia a 3, 6 y 12 meses.

Los inversores también se encuentran pendientes de las negociaciones comerciales con EE. UU.

El Gobierno de España ha trasladado al secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, su voluntad de reforzar los vínculos con el mercado estadounidense y también le ha recordado la importancia de las relaciones comerciales entre su país y la Unión Europea (UE). 

Mercados de EE. UU. y América

Los futuros de Wall Street avanzan subidas del 0,15 % para el Dow Jones de Industriales y del 0,16 % para el S&P 500, y el Nasdaq, después de subir este último índice el viernes un 0,44 %; el Dow Jones, un 0,59 %; y el S&P 500, cayó un 0,05 %.

Los mercados prestan especial atención esta semana a la reunión de la Reserva Federal de EE. UU., que comienza mañana y cuyas conclusiones, con una previsible bajada de tipos en 25 puntos básicos, se conocerán el miércoles.

Cabe resaltar que la última vez que la Fed bajó las tasas fue en diciembre de 2024, de manera que se mantienen en el 4,25 %-4,50 %.

En Estados Unidos, se publicarán los datos de la encuesta manufacturera de Nueva York de septiembre.

Petróleo, materias primas y criptomonedas

Los precios del petróleo subieron el lunes, extendiendo las ganancias recientes debido a posibles interrupciones en el suministro ruso tras los ataques con drones ucranianos a la infraestructura energética de Moscú.

En cuanto al petróleo, el Brent, de referencia en Europa, sube el 0,43 % hasta los US$67,29 el barril. El West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EE. UU., escala el 0,51 % hasta los US$63,01.

Ambos contratos ganaron más del 1 % la semana pasada mientras Ucrania intensificaba los ataques contra la infraestructura petrolera rusa, incluida la terminal de exportación de petróleo más grande de Primorsk y la refinería Kirishinefteorgsintez, una de las dos refinerías más grandes de Rusia.

Los ataques tienen el potencial de dejar fuera de servicio grandes cantidades de producción de petróleo ruso, y podrían presagiar posibles interrupciones en el suministro, especialmente para los principales mercados de Moscú, India y China.

El precio de la onza de oro, que se encuentra casi plano con un alza del 0,01 %, se sitúa en US$3.643,1.

El bitcoin cae un 0,84 % hasta los US$114.885.

Fuente: Valora

El futuro del Presupuesto de 2026 ahora pende de una reforma tributaria de $26 billones

Con un presupuesto de $557 billones para el próximo año, la falta del recaudo de la tributaria empujaría al deuda al 67 % del PIB.

Luego de vencerse el plazo del Congreso para discutir el proyecto de Presupuesto de 2026, el Gobierno decidiría de forma unilateral cuánto dinero necesita el próximo año mediante un decreto máximo el 30 de noviembre.

Sin embargo, sin el debate en el Congreso, el Gobierno no tendría limitaciones para inclinarse por un presupuesto de $557 billones y una reforma tributaria de $26 billones para financiarlo, pues varios senadores y representantes propusieron recortes de entre $6,9 y $39,5 billones.

Esto ha llevado a los expertos a advertir que si el Legislativo no aprueba el proyecto de ley de reforma tributaria habría consecuencias sobre las finanzas públicas y el país viviría un nuevo momento de incertidumbre económica

Un análisis del decano de la Universidad de San Buenaventura, Julio Enrique Duarte, señala que como el 91,4 % del presupuesto ya está comprometido con gastos obligatorios como pensiones, salud, transferencias y salarios, el Gobierno quedaría con un mínimo espacio de maniobra en nuevas obras o programas sociales el próximo año.

En consecuencia, sería inevitable un ajuste fiscal, lo que podría tener un impacto directo y negativo en el bolsillo de las familias y en las pequeñas y medianas empresas (MiPymes). 

De acuerdo con Duarte, el plan del Ejecutivo enfrenta una serie de desafíos considerables: el presupuesto ya arrastra un déficit de $12 billones sin financiación clara, y destina $70,7 billones solo al pago de intereses de deuda; además, la reforma tributaria, que busca recaudar $26,3 billones, tiene un camino difícil en el Congreso.

Si la reforma no logra el recaudo esperado, la advertencia es contundente: la única salida será recortar gastos o asumir más deuda, una disyuntiva que carece de soluciones sencillas. Este escenario de restricción fiscal generaría una presión adicional sobre los subsidios y la inversión, impactando directamente la economía real.

El informe de la universidad presenta tres escenarios claros, marcados con un semáforo de colores para ilustrar las posibles consecuencias. Si la reforma se aprueba por completo (escenario verde), el déficit bajaría al 3,5 % del PIB y la deuda se estabilizaría en un 63 %. Esto traería estabilidad fiscal, lo que reduciría la presión sobre los subsidios de energía y transporte, evitando así aumentos en las tarifas de servicios esenciales. Con menos incertidumbre, el dólar se estabilizaría, la inflación se mantendría controlada y el Banco de la República podría seguir bajando las tasas de interés, abaratando los créditos de consumo y vivienda para los ciudadanos.

En un escenario amarillo, donde la reforma se aprueba solo parcialmente, el déficit subiría al 4,7 % y la deuda al 65 %, lo que forzaría recortes de hasta $13 billones. Esto tendría un efecto intermedio en la economía, con el gobierno viéndose obligado a reducir la inversión en obras regionales, lo que a su vez se traduciría en menos empleo en el sector de la construcción y menor dinamismo en las economías locales. Las tasas de interés seguirían siendo altas, y los subsidios a la energía y gasolina tendrían menos respaldo, lo que podría llevar a ajustes graduales en las tarifas. El impacto en el bolsillo de los ciudadanos sería perceptible y directo.

Sin embargo, el escenario más crítico, marcado en rojo, es el de un rechazo total a la reforma. Aquí, el déficit superaría el 5,5 % del PIB y la deuda se acercaría al 67 %. En este caso, los recortes serían inevitables y profundos, llegando a los $26 billones. Con la mayor parte del gasto atado a rubros inamovibles, los recortes se aplicarían sobre subsidios y proyectos de inversión, lo que se traduciría en alzas más rápidas y significativas en la gasolina, la electricidad y el transporte público. Además, si las calificadoras de riesgo bajan la nota del país, el crédito se encarecería para todos, afectando tarjetas, hipotecas y préstamos de consumo. La reducción de obras regionales también impactaría la generación de empleo y la circulación de la economía.

Ante un panorama que parece empujar a un inevitable ajuste fiscal, Duarte recomienda a los ciudadanos tomar medidas preventivas: anticiparse a posibles incrementos en los costos de energía y gasolina, y revisar los créditos hipotecarios y de consumo para estar preparados ante una posible subida en las tasas de interés.

El decano concluyó que es crucial adaptar el presupuesto para incluir un margen de maniobra que cubra posibles alzas en los precios de los alimentos importados si el dólar sube. Además, recomendó la creación de un fondo de emergencia, que cubra al menos de tres a seis meses de gastos básicos, así como evitar compras que puedan ser aplazadas en un entorno de tasas altas y confianza moderada.

Fuente: Valora

Colombia define su futuro en la lucha antidrogas: el fantasma de la descertificación de EE. UU.

Colombia ante el veredicto de Washington: la semana clave para la certificación antidrogas, ¿cómo está el ambiente?

Colombia entra en una de las semanas más decisivas en materia internacional. Desde hace varios años no se sentía tan latente la amenaza de perder la certificación que Estados Unidos entrega a los países por su cooperación en la lucha contra las drogas. 

Dos factores presionan a Colombia: cifras récord de cultivos ilícitos sembrados y los choques entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo estadounidense Donald Trump, que han elevado la tensión diplomática en varias ocasiones.

¿Por qué Estados Unidos juzga a Colombia?

La certificación antidrogas es un mecanismo creado por Washington en los años noventa para evaluar qué países cumplen con los estándares de cooperación en la lucha contra el narcotráfico.

Su importancia es doble. Por un lado, tiene un impacto económico directo: de ella depende la continuidad de la ayuda estadounidense en recursos de seguridad y programas sociales vinculados a la reducción de cultivos ilícitos. Cada año, Colombia recibe dinero en asistencia de Washington, lo que la convierte en el principal receptor de cooperación antidrogas en el hemisferio. Por otro lado, la certificación define el tono de la relación bilateral: perderla supondría sanciones financieras y restricciones a créditos internacionales.

Paradójicamente, muchos cuestionan que Estados Unidos sea quien emita este veredicto sobre Colombia. Y no es un debate menor: el país norteamericano es, al mismo tiempo, el principal consumidor de cocaína en el mundo y el destino prioritario de la droga colombiana.

La cercanía geográfica, las rutas históricas del narcotráfico y la magnitud del mercado explican que la cocaína colombiana llegue en primer lugar a Estados Unidos. Europa Occidental es el segundo gran foco de consumo, con países como España, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Italia y Alemania, y en los últimos años se ha sumado Oceanía, donde Australia y Nueva Zelanda se han convertido en mercados muy lucrativos. Según la ONU, la DEA y Europol.

Los movimientos de emergencia de Colombia

En medio de este panorama, el gobierno colombiano se ha movido en distintos frentes.

El presidente Gustavo Petro ha utilizado su red social X para enviar mensajes que buscan distender el ambiente. Ha resaltado, por ejemplo, incautaciones de toneladas significativas de cocaína y, en un giro, mencionó por primera vez el uso del glifosato como herramienta de amenaza.

Cabe recordar que las aspersiones aéreas con este herbicida fueron suspendidas por la Corte Constitucional hace más de una década, y el viraje de Petro coincide con el momento en que Estados Unidos presiona para que Colombia adopte medidas más duras contra los cultivos ilícitos. Washington ha insistido en que el glifosato es el mecanismo más rápido para reducir esas áreas sembradas.

Por otro lado, el ministro del Interior, Armando Benedetti, también se pronunció, según él, una eventual descertificación no solo sería un golpe para Colombia, sino un riesgo para Estados Unidos. “Es jarto que nos hagan este tipo de exámenes, pero somos conscientes de que hay que luchar contra el narcotráfico y estamos seguros de que va a haber certificación”, aseguró. Benedetti agregó que sería un error político y estratégico de Washington cortar la cooperación, pues Colombia es el principal aliado en la región contra las mafias y ha demostrado resultados con las toneladas de cocaína incautadas en los últimos años.

Las sombras que ha dejado ver Estados Unidos

En los últimos meses se han dado varios movimientos clave en torno a la certificación. Uno de ellos ocurrió durante la gira por América Latina del senador republicano estadounidense Bernie Moreno, en la que se abordaron temas de seguridad, lucha contra el narcotráfico y la crisis de Venezuela. En su visita a la Casa de Nariño, Moreno se mostró optimista frente a la relación bilateral y destacó los avances en cooperación que han tenido ambos países.

Moreno también destacó el papel clave de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en la decisión sobre la certificación. Señaló que esta entidad mantiene una afinidad especial con Colombia debido a la trayectoria de su nuevo director, Terry Cole, quien ha trabajado en distintos países —entre ellos Colombia— en misiones relacionadas con la lucha antidrogas. Su experiencia directa en el país, el conocimiento del conflicto interno, las disidencias, las rutas del narcotráfico, los actores involucrados y la cooperación institucional le otorgan una visión privilegiada de los retos que enfrenta Colombia y de los avances logrados en materia de incautaciones. Todo esto, según Moreno, influirá en el diseño de la política y en los lineamientos que marcarán la cooperación bilateral.

Un elemento adicional, aunque externo, es la relación con una de las figuras más cercanas al presidente Donald Trump: el secretario de Estado, Marco Rubio, cuya esposa, Jeanette Dousdebes, es hija de inmigrantes colombianos. Este vínculo, afirma Moreno, puede abrir espacios para fortalecer la relación binacional en medio de las tensiones actuales.

A este panorama se suman las gestiones realizadas por mandatarios locales como Alejandro Éder, alcalde de Cali, y Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, quienes viajaron a Washington para interceder en el proceso. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro ha visto con recelo estas intervenciones, que interpreta como un gesto de desaprobación hacia su gobierno.

Por su parte, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García Peña, ha presentado un balance positivo de la agenda diplomática en seguridad. Resaltó las reuniones sostenidas entre el director de la Policía, general Carlos Triana, y el jefe de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, con autoridades y congresistas estadounidenses. Los encuentros se centraron en exponer los avances de Colombia en la lucha contra el narcotráfico y reafirmar la importancia de mantener la cooperación bilateral.

¿Es tan grave que Colombia no reciba la descertificación?

Theodore Kahn, director del equipo de análisis de riesgos globales de Control Risks, señala que la descertificación de Colombia por parte de EE. UU. implicaría riesgos económicos, comerciales y de seguridad.

“El impacto más inmediato sería la suspensión de asistencia estadounidense clave para inteligencia, operaciones aéreas y ayuda humanitaria, debilitando a las Fuerzas Armadas y a la Policía”, señaló Kahn.

Y agregó que, EE. UU. podría bloquear apoyos de organismos como el Banco Mundial o el BID, “con pérdidas estimadas de hasta US$500 millones”.

El sector privado también enfrentaría mayor escrutinio: empresas colombianas podrían ser investigadas o sancionadas por vínculos indirectos con narcotráfico, mientras aumentan los costos de cumplimiento y el riesgo de restricciones comerciales. “Esto golpearía la confianza inversionista, ya afectada por el deterioro fiscal del país y la previsión de un déficit del 7,1 % en 2025”.

Nelson Poveda analista político y consultor en asuntos públicos, por otro lado, cree que una eventual descertificación tendría implicaciones serias en las capacidades de las Fuerzas Armadas y de Policía para enfrentar el narcotráfico, en un momento en que el país atraviesa una compleja situación de seguridad: «Lo que sí podría presentarse es un efecto boomerang: con menor cooperación, Estados Unidos perdería influencia en Colombia y, al mismo tiempo, se facilitaría que el mercado de las drogas encuentre menos obstáculos en su origen, es decir, en nuestro país».

Y agregó: «Aun así, creo que sería un costo que la administración estadounidense estaría dispuesta a asumir, dado que sus decisiones en política exterior siempre han priorizado sus intereses estratégicos. Ya lo vimos en las negociaciones comerciales recientes con la Unión Europea y países como Filipinas, Japón e Indonesia, precedidas por la imposición de altos aranceles durante la administración Trump».

El experto concluye que una eventual descertificación tendría un impacto mínimo para Estados Unidos, pero fuerte para Colombia, que quedaría bajo mayor presión internacional y en una posición estratégica debilitada frente a sus aliados. Además, la reducción de la cooperación limitaría las capacidades de inteligencia y operación del Estado, lo que facilitaría el fortalecimiento de los carteles en un escenario de creciente inseguridad, especialmente en la frontera colombo-venezolana.

Por ley, hasta este 15 de septiembre la Casa Blanca anunciará si Colombia mantiene o no su certificación. La decisión marcará el rumbo de la relación bilateral y pondrá a prueba, una vez más, el delicado equilibrio entre la presión estadounidense, la defensa de la soberanía nacional y la realidad de un mercado mundial de drogas donde Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor.

Fuente: Valora

Gobierno Petro entra en su recta final: ¿cómo dejará a Colombia y qué heredará su sucesor?

Gobernabilidad, seguridad y sostenibilidad fiscal, serán algunos de los grandes retos para el próximo gobernante.

La firma Control Risks publicó un análisis sobre el cierre del gobierno del presidente Gustavo Petro y las tensiones que heredará quien llegue a la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2026.

El gobierno de Petro afronta su último año en medio de un clima político atravesado por la polarización, la fragmentación y las tensiones institucionales.

De acuerdo con un informe de la consultora, estas dinámicas no solo “han marcado el actual mandato, sino que probablemente se prolonguen en el siguiente”.

Aunque el presidente ha cuestionado en varias ocasiones a las instituciones, el reporte sostiene que no existe una amenaza inminente a la democracia, gracias a la solidez de los pesos y contrapesos representados en las altas cortes, organismos de control y autoridades electorales. La tensión, sin embargo, persistirá entre las demandas de transformación y los referentes de estabilidad y orden.

En materia de seguridad, el análisis advierte un entorno complejo y fragmentado, con múltiples actores ilegales y economías ilícitas en expansión. Según Control Risks, el próximo gobierno heredará una fuerza pública con capacidades operativas debilitadas y una doctrina que requiere modernización.

Cabe recordar que Petro anunció recientemente la compra de armamento y nueva tecnología para las Fuerzas Armadas, pero los expertos subrayan que el desafío exige una respuesta integral y sostenida en el tiempo.

Una relación tensa con Estados Unidos

Otro punto sensible es la relación con Washington, calificada como volátil y tensa en los últimos meses. Control Risks prevé que estas fricciones continuarán durante el periodo de Petro e incluso después, con impactos en el acceso al mercado estadounidense.

La presidencia de Donald Trump a la presidencia abre la puerta a un enfoque más agresivo contra el narcotráfico, con posibles sanciones financieras, designaciones de grupos como organizaciones terroristas e incluso alertas de seguridad para viajeros hacia Colombia.

Finanzas públicas bajo presión

El reporte señala también un deterioro de los indicadores fiscales y una pérdida de confianza de los mercados que “comenzó con la pandemia y se agravó con decisiones del actual gobierno”. El próximo presidente deberá enfrentar un espacio fiscal muy limitado y, probablemente, una reforma tributaria estructural.

Para las empresas, el panorama significa incertidumbre tributaria y riesgo de nuevos gravámenes, especialmente sobre sectores financieros y extractivos, lo que encarecería los costos de financiamiento.

El desafío energético y la transición pendiente

Control Risks advierte que Colombia podría enfrentar un déficit estructural de energía antes de 2027, con graves impactos en la industria. Aunque se registran avances en proyectos solares y eólicos, persisten barreras estructurales: trámites, licencias ambientales, conflictos sociales y problemas de orden público como vandalismo o robo de infraestructura.

 

La infraestructura de transmisión y distribución deficiente y los compromisos inestables con comunidades hacen que la transición energética siga enfrentando cuellos de botella. Para las empresas, esto representa mayores costos operativos, pero también oportunidades para innovar en el abastecimiento energético.

En conclusión, la firma advierte que el próximo gobierno, independientemente de quién gane en 2026, deberá lidiar con retos de gobernabilidad, seguridad y sostenibilidad fiscal. Para el sector privado, la incertidumbre en reformas, el riesgo de seguridad en regiones con presencia de grupos armados y las presiones regulatorias en EE.UU. marcarán el rumbo de sus operaciones.

“Las implicaciones serán profundas tanto para el país como para las empresas: más allá del resultado electoral, Colombia deberá encontrar consensos para responder a la inseguridad y a las tensiones económicas”, concluye el análisis.

Fuente: Valora

“Aumento en renta afecta a quienes ya están tributando, no a los que llevan su plata a paraísos fiscales”: Luis Carlos Reyes

Entrevista con el exdirector de la DIAN, Luis Carlos Reyes, sobre algunas de las propuestas del proyecto de reforma tributaria que fue radicado en el Congreso.

La intención del Gobierno Petro de aumentar la mayoría de las tarifas del impuesto de renta para quienes reciban más de $10,2 millones mensuales, según cálculos del Ministerio de Hacienda, generaría una sobrecarga en quienes ya están tributando, en lugar de buscar a los grandes capitales que evaden impuestos.

“Una persona con ese ingreso está bien posicionada en términos salariales en un país tan pobre como Colombia, pero no es una persona que esté llevando su plata a paraísos fiscales. Entonces se le está subiendo la tributación a quienes siempre han cumplido”, dijo el exdirector de la DIAN, Luis Carlos Reyes.

El economista se refirió a las propuestas más cuestionables del proyecto de reforma tributaria que empezará a discutirse en las próximas semanas en el Congreso de la República en entrevista con Valora Analitik y a los principales problemas del estatuto tributario en términos de inequidad, evasión y baja capacidad de recaudo.

En términos generales, ¿cómo ve el articulado tal como llegó al Congreso?

Mi principal observación acerca del espíritu de la tributaria es que le están subiendo los impuestos a las personas que siempre han cumplido para sacar $26 billones. Estamos haciendo una reforma en la que les estamos pidiendo más plata principalmente los a los que ya están cumpliendo y, al mismo tiempo, estamos siendo laxos con relación al contrabando y la evasión porque se están reversando medidas que se empezaron a implementar en este gobierno y que en un mediano plazo estaban encaminadas a recuperar una parte importante de esos recursos.

¿Qué opina del aumento del monto a partir del cual se cobra el impuesto al patrimonio?

Una de las cosas que se malentiende a la hora de plantear ese impuesto al patrimonio es que 5 % de tarifa es alto, pero lo que se graba, estrictamente hablando, no es el verdadero valor del patrimonio, sino un valor fiscal del patrimonio, que es muchísimas veces más pequeño. El impuesto al patrimonio, tal como se cobra hoy en día, afecta muy poquito a los patrimonios más grandes.

¿Entonces quiénes lo pagan?

El cobro potencial del 5 % es un costo mucho más cercano para para personas de estratos altos que tienen inmuebles y apartamentos costosos, así que es un impuesto que termina pegándoles a las personas de altos patrimonios, altos ejecutivos y demás, pero que no son los dueños de las grandes compañías, ni de las grandes multinacionales, los cuales tienen estrategias de declaración tributaria, sino que son personas que ya tributan bastante porque tienen una capacidad contributiva grande. 

De cualquier forma, nadie está dispuesto a pagar más impuestos…

Lo realmente difícil ahí es que para que las personas estén dispuestas a tributar más se les tienen que mostrar resultados en la lucha contra la evasión y el contrabando, antes de pedirles más y desafortunadamente los esfuerzos que nosotros implementamos en la DIAN durante mi administración se reversaron con mi salida.

El Gobierno justifica estos cambios en renta y patrimonio en la necesidad de reducir la inequidad tributaria, pero ¿ese es el camino para corregirlo?

Esas son medidas que la reducen un poco, pero no se puede perder de vista que el principal beneficio tributario para personas de grandes ingresos y grandes patrimonios es la laxitud con la evasión y el contrabando. Las cifras que nosotros calculamos en la DIAN, y que sorprendentemente no se venían calculando, indican que la evasión le cuesta al país en términos de recaudo tributario alrededor del 8 % del Producto Interno Bruto (PIB), estamos hablando de más o menos de $136 billones hoy en día.

¿Entonces para qué subirles las tarifas a los rangos más altos?

Se está empezando por el lado incorrecto porque los principales evasores son personas de muy altos ingresos, pero no son todas. El énfasis tiene que estar en la lucha contra la evasión y el contrabando, pero resulta que la manera en que se negocian las reformas tributarias, en general los proyectos legislativos en Colombia, es a través de, entre otras, entregar prebendas en la DIAN a los políticos. Mientras sigamos haciendo eso, no vamos a avanzar en esa lucha contra la evasión.

¿El incremento en las tarifas del IVA puede golpear la canasta básica de los hogares?

Creo que, en efecto, existe una posibilidad de que el aumento del costo de los combustibles afecte el precio final de otros bienes que dependen, por ejemplo, del costo de transporte de los insumos o de los mismos bienes a la hora de llegar a esos puntos de venta, entonces tiene ese impacto potencial.

Fuente: Valora

Dólar en Colombia cerró la semana por debajo de $3.900; ETF de deuda pública cayó tras alcanzar récord

La tasa de cambio se movió al alza la primera mitad de la jornada y alcanzó un máximo de $3.917,60 alrededor de las 10:00 de la mañana.

El dólar en Colombia cerró la semana con un precio de $3.894,30, una cifra que es superior en $3,3 al cierre de ayer ($3.891), según los registros de Set-Icap.

La tasa de cambio se movió al alza la primera mitad de la jornada y alcanzó un máximo de $3.917,60 alrededor de las 10:00 de la mañana. En adelante marcó una curva descendente en la franja de $3.895. Más temprano se vio un mínimo de $3,891,40.

Este resultado, según los analistas de Acciones & Valores, se explica principalmente por la expectativa de un inminente inicio del ciclo de recortes de tasas por parte de la FED, lo que debilitó al dólar a nivel global y estimuló los flujos hacia activos emergentes. A nivel interno, la perspectiva de nuevas monetizaciones del Gobierno y un diferencial de tasas reforzaron la demanda por la moneda local.

Ayer jueves, el peso colombiano registró un desempeño destacado al superar de forma sostenida el piso de los $3.900, su nivel más fuerte desde mediados de 2024, lo que ubicó la divisa como una de las más apreciadas de Latinoamérica.

Los precios del petróleo comenzaron el día con pérdidas por la expectativa de sobreoferta tras el aumento de producción de la OPEP+ y el alza de inventarios en EE. UU. Sin embargo, unas horas después ya registraban ganancias, las cuales se mantuvieron hasta el cierre del mercado. 

A la 1:00 p. m, hora Colombia, la referencia WTI se negociaba en US$62,57, con un aumento del 0,34 % respecto a la sesión anterior y el Brent se cotizaba en US$67,01 por barril, tras ganar el 0,96 %.

En Estados Unidos, la confianza del consumidor bajó a 55,4 puntos en septiembre desde los 58,2 de agosto, según la Universidad de Michigan, el nivel más bajo desde mayo de este año. Además, las expectativas de inflación a largo plazo aumentaron por segundo mes consecutivo al 4,8 % el próximo año.

Finalmente, la deuda pública (TES) en Colombia cerró mercados con una desvalorización del 0,31 % (promedio ponderado de todas las referencias de títulos de tesorería que integran el ETF de Global X), un día después de haber alcanzado un máximo histórico al cerrar ayer jueves en $55.650 por unidad, frente al valor inicial de $50.000 en marzo de 2024, fecha de inicio de su negociación en la bvc.

Global X destacó que este desempeño representa una rentabilidad acumulada del 11,3 % desde su lanzamiento. Además, el ETF de GXTESCOL da cuenta de un rendimiento al vencimiento (YTM) promedio del 11,1 %, con un cupón anual del 9 % y un valor de unidad de $55.600.

Por otra parte, los cierres de TES de deuda pública, de acuerdo con el sistema de negociación del Banco de la República, donde operan los grandes inversionistas de Colombia, registraron los siguientes movimientos:

•Los TES de 2026 cerraron en 8,821 % y la jornada previa finalizaron en 8,821 %.

•Los TES de 2028 terminaron en 9,780 %, mientras que el dato anterior fue de 9,750 %.

•Los TES de 2033 cerraron en 11,358 % y la jornada previa finalizaron en 11,322 %.

•Los TES de 2050 terminaron en 11,681 % y el dato anterior deja ver que terminaron en 11,547 %.

Fuente: Valora

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