miércoles, 25 de junio de 2025

Junio 25 de 2025

Con poco margen para aumentar el recaudo tributario, al Gobierno Petro no le queda otra que reducir gastos

ANIF aseguró que en el Marco Fiscal el Gobierno propone un aumento significativo en la carga tributaria.

En la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), el Gobierno reveló que contempla una reducción del gasto tributario (exenciones, deducciones, tarifas especiales y aplazamientos) y un aumento del recaudo por un monto estimado entre $19,6 y $25,4 billones.

Sin embargo, el centro de estudios económicos ANIF destacó que ve poco espacio político para una reducción del gasto tributario, en la forma de mayores impuestos a bienes y servicios, lo que significa que “será indispensable definir una estrategia fiscal que contemple recortes de gasto”.

Los gastos tributarios se definen como la pérdida de ingresos fiscales ocasionada por exenciones, deducciones, tarifas deducidas y aplazamientos que hay dentro del sistema tributario vigente que se desvían de un sistema tributario de referencia.

El costo fiscal de los gastos tributarios para el impuesto de renta y el IVA fue de $102,2 billones en 2021 (8,8 % del PIB), $129,1 billones en 2022 (8,8 % del PIB) y $135,4 billones en 2023 (8,5 % del PIB). Además, en 2019, el gasto tributario en IVA de Colombia fue el más elevado de América Latina, según el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT).

Además de esto, también hay un gasto tributario en los galones exentos del impuesto a la gasolina y ACPM ($417.000 millones en 2024 o 0,02 % del PIB), así como en los metros cúbicos o galones no gravados con el impuesto nacional al carbono ($452.000 millones en el año gravable 2024 o 0,03 % del PIB).

La Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios (CEBT) concluyó que Colombia ha hecho un uso enorme y sistemático del gasto tributario, el cual repercute en una disminución en el recaudo tributario y en un incremento de las desigualdades horizontales y verticales, al tiempo que aumenta la complejidad del sistema tributario.

“Para un observador casual, la reducción del gasto tributario podría interpretarse como un paso en esa dirección. Sin embargo, lo que el Gobierno propone es un aumento significativo en la carga tributaria”, detalló el centro en su informe semanal.

ANIF insistió en la importancia de adoptar una política de austeridad y eficiencia, lo cual implicaría una reducción del gasto público. “De cara al futuro, será indispensable definir una estrategia fiscal que contemple recortes de gasto y que permita construir consensos en torno a una reforma más estructural en el mediano plazo”, dijo.

También advirtió que la proyección de ingresos fiscales adicionales para 2026 depende de la aprobación de una nueva reforma tributaria, aunque, al parecer, el proyecto de ley incluiría medidas con bajo potencial de recaudo, según el centro de pensamiento.

Fuente: Valora

Dólar en Colombia cerró a la baja en medio de tensiones mundiales; tasas de TES fueron mixtas

La tasa de cambio, que tocó un mínimo de $4.070 tras la apertura, se movió de forma volátil este martes.

El dólar en Colombia terminó negociaciones con un precio de $4.078,50, lo que significa que se movió a la baja respecto al cierre del viernes pasado ($4.094), según información de Credicorp Capital.

La tasa de cambio, que tocó un mínimo de $4.070 tras la apertura, se movió de forma volátil este martes, impulsada por el anuncio de un alto al fuego entre Israel e Irán. También registró un máximo de $4.096,70 pasadas las 9:00 de la mañana. 

“El precio mínimo de la jornada se mantiene por encima del soporte técnico de $4.060, un nivel clave que sirve como indicador para determinar si la tendencia actual se consolida o cambia de dirección. Mientras el tipo de cambio se mantenga sobre este umbral, existe potencial para un movimiento alcista hacia la resistencia en $4.125”, detalló Paula Chaves, analista de mercados de HFM.

A nivel global, el dólar retrocedió frente al euro y el yen, mientras los mercados reaccionaban con cautela ante la aparente desescalada en Medio Oriente. El índice DXY siguió bajando, aunque el cambio es ligero (-0,59 %), y ahora ronda los 97 puntos.

Los precios del petróleo también se movieron conforme cambiaba la situación en Medio Oriente y en medio del escalamiento de las tensiones geopolíticas. Pasada la 1:00 p. m. en Colombia, la referencia WTI perdía el 5,72 % hasta los US$64,59 por barril y el Brent se cotizaba en US$66,47 tras caer un 5,74 %.

En Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal,  reiteró este martes su postura de «esperar y observar» antes de considerar cualquier movimiento en las tasas de interés, destacando avances en la inflación, pero señalando que el indicador aún persiste por encima del objetivo del 2%.

Fuente: Valora

Encuesta de analistas del Emisor prevé que las tasas de interés sigan sobre la línea de 9%

El sondeo del Banco de la República también proyecta que se mantenga la desaceleración de la inflación y esperan que 2025 cierre por el orden de 4,81%

Arranca una semana decisiva para la economía colombiana, pues el Banco de la República se reunirá para decidir si vuelve a bajar las tasas de interés, y este encuentro será la antesala de la presentación del Índice de Precios al Consumidor, lo que permitirá hacer una lectura sobre como le fue al país al cierre del primer semestre. La decisión de la Junta Directiva tendrá como aliciente que ya se concretó la suspensión de la regla fiscal.

Recordemos que en lo que va del año el Emisor solo ha hecho una reducción en los tipos, efectuada en la reunión de mayo, dejando las tasas en 9,25%, referencia que no se veía desde mediados de 2022.

Pero, según los resultados de la encuesta mensual de expectativas, en la reunión de finales de esta semana, los analistas esperan que sigan las reducciones, y en promedio, prevén que la tasa ronde 9,16%. De hecho, los más optimistas apuestan por una caída hasta 8,75%, mientras que los más pesimistas consideran que los tipos se mantendrían inalterados.

Cabe destacar que los resultados de la encuesta Citi, que recoge las expectativas de las principales entidades bancarias y centros de pensamiento, señaló que lo más probable es que la tasa de política monetaria se mantenga inalterada. Así lo indicaron analistas de Banco de Bogotá, Banco de Occidente, Banco Santander, Corficolombiana e Itaú.

En las expectativas se prevé que el ritmo de las reducciones de las tasas se mantenga en las próximas reuniones, y en promedio apuestan que los tipos bajen de la línea de 9% hacia julio, para cerrar el año en 8,32%.

Con la inflación ocurre algo similar, y si bien pronostican que para junio siga la inflación, su variación mensual estará por el orden 0,19%, es decir se apuesta en que la variación anual siga a la baja. De hecho, para cierre de año, los encuestados prevén que el Índice de Precios al Consumidor llegue a estar por el orden de 4,81%.

Fuente: La Republica

Banco de Bogotá advierte: nueva estrategia de financiamiento de MinHacienda aumentaría riesgo de refinanciación

El Gobierno dejó ver que los $38,8 billones que harán falta en el balance de este año serán financiados con un aumento mayor de fuentes por $56,6 billones.

La Dirección de Crédito Público del Ministerio de Hacienda diseñó una estrategia de endeudamiento, concentrada en el corto plazo, que prioriza la reducción de su costo aprovechando las menores tasas, a costa de mayor riesgo de refinanciación, según un análisis del Banco de Bogotá.

La entidad financiera analizó el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) para concluir que el MinHacienda buscaría establecer una reserva estratégica de liquidez, “convencido que parte del elevado costo de financiación del Gobierno se origina de su débil posición de caja”.

En su proyección fiscal, el Gobierno dejó ver que los $38,8 billones (2 % del PIB) que calculan harán falta en el balance de este año, serán financiados con un aumento mayor de fuentes por $56,6 billones, lo que implica que se creará una disponibilidad final mayor.

Además, recientemente, el director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, Javier Cuéllar, presentó los detalles de la nueva estrategia, que incluye una reserva estratégica de liquidez.

El MFMP detalla que las mayores fuentes provendrían de la recomposición y aumento de la deuda externa, la emisión de más TES de largo plazo y recursos de corto plazo, a diferencia de lo que se había consignado en el Plan Financiero presentado en febrero de este año.

Al respecto, el Banco de Bogotá calificó como relevantes, novedosos y riesgosos los cambios en las operaciones de tesorería, las cuales han venido ganando relevancia en la financiación del Gobierno y representan este año un poco más del 40 % de las fuentes locales.

Acá se evidencian tres estrategias: la ampliación del monto en circulación de TES de corto plazo (TCO), la financiación con pagarés contra fondos administrados y las nuevas operaciones de liquidez vía repos, simultaneas y créditos de corto plazo.

El MFMP revela una emisión de $17 billones netos de TCO vía subastas y operaciones directas; sin embargo, el informe anticipa que al cierre del año el circulante de TCO sería de cerca de $34 billones, que significaría que solo se utilizó el 60 % del cupo original, frente a un promedio histórico superior al 70 %.

“Las consecuencias para el mercado monetario podrían ser no despreciables, con mayores tasas de interés y potencial participación del Banco de la República con provisión de liquidez temporal y permanente dependiendo de cómo use los recursos el Ministerio de Hacienda”, advirtió la entidad financiera.

El uso de recursos de los fondos administrados en las operaciones de tesorería también se convertiría en una fuente relevante, pues el Gobierno podría disponer de más recursos líquidos de los fondos administrados en el pasado (tipo Fonpet) a cambio de pagarés.

También existen múltiples inquietudes sobre las nuevas fuentes vía repos, simultaneas y préstamos de corto plazo ($41 billones) porque se cree conllevan un acentuado riesgo de refinanciación dada la compleja situación fiscal.

Cambios en otros frentes

Por otra parte, la colocación de TES de largo plazo se amplió de $68,8 billones a $80,8 billones, lo que significa que el monto total de emisiones se mantuvo al alza y aumentó frente al planteamiento original. Sin embargo, el Banco de Bogotá dijo que ve en esta opción riesgos potenciales.

Aunque el monto de subastas pasó de $45 billones a $58 billones, lo que implica que las operaciones se extenderían a septiembre o noviembre, como se redujo el monto de colocación de TES vía entidades públicas, de $17 billones a $15 billones, prácticamente por este mecanismo ya se colocó casi la totalidad de recursos presupuestos.

“Ya en el pasado este tipo de colocaciones suelen ser una estrategia de respaldo que podría aprovechar recursos de las entidades públicas para financiar al Gobierno central. Al final, varias de las entidades públicas que reciben los TES, terminan llevándolos directamente al mercado para recuperar su liquidez”, señaló el informe.

De hecho, dado que las fuentes externas vía multilaterales parecían ser elevadas para lo que Colombia usualmente recibe de este tipo de entidades, se ajustaron de US$4.560 millones a US$2.060 millones. En contraste, la colocación de bonos de deuda externa se amplió de US$3.630 millones a US$6.000 millones.

El Banco de Bogotá señaló que, aunque la decisión es factible, tomar este camino acentúa la exposición de Colombia a los mercados internacionales, en momentos de mayor incertidumbre, sobre todo por el deterioro de la situación fiscal.

El Gobierno también agregó una nueva fuente de financiación externa vía créditos directos y otros mecanismos alternativos por US$1.000 millones, con lo que 2025 y 2026 serían los años con mayor colocación de deuda externa en mercados, con US$7.000 millones y US$6.500 millones, respectivamente, incluso superando al año de la pandemia.

El informe concluyó que, aunque la idea de mejorar la posición de caja es deseable, también le permitiría al Gobierno continuar con su tren de gasto. Además, esa caja adicional, que en parte iría a engrosar la disponibilidad final, bien podría ser usada para financiar más déficit, llevando el desbalance al -7,8 % del PIB

Fuente: Valora

Entérese de por qué el precio del dólar está al mismo nivel que al de hace un año

El 26 de junio fue la fecha exacta en la que la tasa representativa del mercado cerró en $4.093, similar a la franja de $4.096 que tuvo el cierre el día 17 de junio

Aunque la tasa de cambio del dólar frente al peso colombiano se encuentra prácticamente en el mismo nivel que hace un año, la estabilidad en el precio no significa que nada haya cambiado.

Por el contrario, el contexto económico global y local es completamente diferente, y las implicaciones para los colombianos se sienten en el bolsillo.

“Cualquier colombiano pierde o gana flujo de caja cuando sube o baja el dólar”, explica Diego Palencia, vicepresidente de investigación de Solidus Capital. Es decir, eso quiere decir que cuando el dólar baja, como ha ocurrido en los últimos días, el costo de productos y servicios importados también disminuye, lo que representa un alivio en el gasto diario de los hogares y empresas.

Durante la semana del 16 de junio el dólar en Colombia ha experimentado una ligera caída, empujado principalmente por el aumento en los precios del petróleo, uno de los principales productos de exportación del país. “La bajada del dólar, fruto del aumento del petróleo, trae un respiro al flujo de caja de cualquier colombiano o empresa colombiana”, sostiene Palencia.

Pese a esto, el experto advierte que no se puede hacer una comparación justa con el precio del dólar hace un año, porque los factores que impactaban la economía entonces eran radicalmente diferentes.

“Solo podemos compararnos en periodos de días o semanas debido a que hemos tenido múltiples choques económicos: guerra en Ucrania, conflicto en Israel, guerra comercial de Trump, tensiones con Irán y choques de oferta en petróleo, azúcar y café”, señala.

Esa comparación semanal, en cambio, sí muestra una ganancia para el peso colombiano en los últimos días. La moneda local se ha acoplado nuevamente a los movimientos de otras divisas de la región, luego de semanas de distorsión por factores de ruido interno.

“El dólar se viene acoplando mucho más al movimiento del resto de monedas de la región”, comenta Juan Pablo Vieira, CEO de JP Tactical Trading, quien agrega que aunque el dólar ha bajado en Colombia, todavía hay un soporte técnico fuerte alrededor de los $4.050, el cual puede frenar caídas más pronunciadas.

“Es muy factible que en esta zona empiecen a aparecer compradores en Brasil, en México y en Colombia”, apunta.

El problema, según ambos analistas, es que Colombia no ha aprovechado la pérdida de dinamismo del dólar global. Mientras que en países como Brasil, Perú y Chile sus monedas se han apreciado con fuerza frente a la divisa estadounidense, el peso colombiano ha tenido un desempeño débil en comparación.

“Colombia lo hizo peor que toda la región… nunca antes en la historia Colombia había realizado tan mal desempeño, ni siquiera en la crisis hipotecaria de 1998”, sostiene Palencia. El experto también critica que el país mantenga una tasa de cambio persistentemente alta -por encima de los $4.000 cuando, en su criterio, debería estar más cercana a los $3.500.

Entre las razones de ese rezago están las presiones internas del gobierno actual. Vieira menciona que “todo el tema de Miguel Uribe, los anuncios del gobierno, las reformas y las alertas sobre el incumplimiento de la regla fiscal” han generado ruido en el mercado, llevando a que el dólar subiera en Colombia mientras en otros países bajaba.

A mediano plazo, los riesgos no son menores. Palencia advierte que Colombia podría perder su calificación de riesgo crediticio en uno o dos escalones “por la salida de la regla fiscal y la campaña para una nueva constitución”.

De materializarse esa pérdida de grado de inversión, se encarecería aún más el costo de endeudamiento del país y se dificultaría la entrada de inversión extranjera.

Además, las tasas de deuda siguen siendo altas, cercanas al 13%, muy por encima del 3% que se registraba hace apenas tres años. “Saquen sus conclusiones”, advierte el analista, al referirse a ese contraste de indicadores, junto con las volatilidades de ahora.

Fuente: La Republica

La inclusión financiera avanzó durante 2024, pero aún siguen algunas brechas claves

Más allá de que más adultos acceden al sistema, el uso y el crédito siguen siendo bajos

Según un informe de Anif, que recoge los datos del Reporte de Inclusión Financiera de 2024 elaborado por la Banca de Oportunidades, aunque hay un gran avance en esta materia, aún existen brechas claves, como la del acceso entre zonas urbanas y rurales y entre géneros.

En concreto, una de las conclusiones del informe es que en las zonas urbanas, el uso creció 3%, pero en zonas rurales no hubo avances. Esto hizo que la diferencia entre ambos llegara a 36 puntos porcentuales.

También aumentó la brecha entre hombres y mujeres: los hombres usan más el sistema financiero con 85,9%, que las mujeres con 81,1%.

En líneas generales al cierre de 2024, alrededor de 96% de los adultos en el país tienen por lo menos un producto financiero, sobre todo cuentas de ahorro con 82,4% y los depósitos de bajo monto con 76,1%.

Este dato muestra un avance importante en comparación con 2023, pero de igual manera esto deja ver señales de alerta en las brechas existentes en el país.

Aunque actualmente más personas acceden al sistema, el uso de los productos se está frenando. Un claro ejemplo de esto es que 82,3% de los adultos hizo al menos una transacción reciente, pero el ritmo de crecimiento es menor que en años anteriores.

Los depósitos de bajo monto son los más usados en la actualidad, con promedio de 92 operaciones al año, mientras que las cuentas de ahorro tienen promedio de 47,2.

El acceso al crédito sigue siendo bajo, ya que tan solo 35,5% de los adultos tiene algún crédito en el sistema financiero tradicional, una cifra que todavía no recupera lo que se tenía en 2018, de acuerdo con el planteamiento del informe presentado por Anif.

Fuente: La Republica

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