Gasto de los hogares se dispara por menor desempleo y
crecimiento de remesas; Raddar advierte consumo excesivo
Este año, el consumo
podría experimentar una expansión de cerca del 3,8 %, producto de un fuerte
crecimiento del empleo y un alto ingreso de remesas al país.
Las estimaciones de gasto
de los hogares colombianos han tomado un giro inesperado, superando
significativamente las proyecciones iniciales, según Camilo Herrera, fundador
de Raddar, quien presentó hoy las proyecciones de la forma para el próximo año.
Mientras que la
expectativa previa de crecimiento de consumo para este año se situaba entre el
2,3 % y el 2,5 %, en realidad podría cerrar 2025 con una expansión de cerca del
3,8 %, producto de una combinación de factores que incluye un fuerte crecimiento
del empleo y un alto ingreso de remesas al país (US$10.850 millones con corte a
octubre), los cuales han aumentado el presupuesto de los hogares.
Sin embargo, el gran
problema inevitable, de acuerdo con el vocero, ha sido la inflación, que ha
demostrado “ser espesa”, es decir, que no quiere ceder y se mantiene por encima
del 5 %. Además, se ha mantenido durante cinco años consecutivos fuera de la meta
del 3 % del Banco de la República.
En consecuencia, la firma
coincide con otros analistas en que el banco central no bajará las tasas de
interés, de hecho, ya se discute en la Junta si será necesario subirlas en
cualquier momento.
Herrera advirtió que esta
inflación, que pondrá a prueba la capacidad de gasto de los hogares, golpea
desproporcionadamente a los ingresos bajos, donde tres canastas (alimentos,
vivienda y transporte y comunicaciones) componen aproximadamente el 80 % de la
variación percibida.
Además, los precios
regulados son los causantes del 37 % de la inflación en ingresos bajos, lo que
sugiere que la intervención gubernamental perjudica a la población más pobre.
La amenaza de saturación
en el gasto
Raddar identificó que el
consumidor se ha adaptado a la ecuación de “bajo desembolso, alta
satisfacción». Esto significa que gran parte de los compradores están ahora más
enfocados en buscar momentos que productos, lo que se refleja en el rendimiento
de las industrias de moda y entretenimiento en el mercado.
También es claro el
apetito por los artículos importados, según el fundador de la firma, ya que
Colombia no está produciendo lo que el consumidor compra. Las categorías que
más crecen en este grupo y muestran las preferencias de los compradores son
entretenimiento (con un peso de casi 50 %), salud (más del 48 % de
participación) y moda (alrededor del 40 %).
Por ahora, el consumidor
recibe un menor nivel de precios debido a la revaluación del peso colombiano,
que actúa como una «llanta de repuesto» frente a la inflación, pero se trata de
un efecto temporal.
A pesar de este auge de
gasto, Raddar anticipó una saturación del mismo, particularmente en bienes
duraderos, la cual se presentaría porque los consumidores que ya han adquirido
bienes de larga vida útil, como carros o neveras, no volverán a comprarlos a
corto plazo.
“El gasto de los hogares y
en la deuda que estos tienen es una presión grande, está pesando hoy en la
economía cerca del 77 % o 78 % del PIB. Nos estamos endeudando para gastar, lo
que llevaría a un menor dinamismo de este en 2026 por cuenta de un menor ingreso
disponible”, dijo Camilo Herrera en su presentación.
Además de los retos
inflacionarios, el entorno económico enfrenta otros dilemas, como la baja
productividad del mercado laboral, el repunte del trabajo informal, la poca
certidumbre en las políticas económicas, la menor inversión y el aumento del
riesgo país, lo que indica que el mercado internacional no confía demasiado en
la política fiscal del Gobierno, según la firma.
Esto podría desacelerar la
masa salarial y, en consecuencia, limitar la expansión del mercado interno. “El
avance del empleo informal vuelve más frágil el bienestar y aumenta la
vulnerabilidad ante caídas en el crecimiento económico”, señala la presentación.
Por el lado de las
empresas, aunque los costos de producción de bienes de consumo están bajando
gracias a insumos importados, el costo intermedio de la producción local está
aumentando debido a reformas laboral y tributaria y a los cambios en las
jornadas de trabajo.
“Si los costos de las
empresas crecen al 6 % mientras la inflación crece al 5 %, las empresas están
perdiendo dinero, lo cual reduce el recaudo de impuestos y aumenta el déficit
fiscal”, concluyó Camilo Herrera.
Fuente: Valora
Dólar en Colombia cierra con leve descenso, marcado por
tensión política y volumen moderado;
deuda pública se valorizó
La cotización abrió en
$3.819,99, moviéndose en un rango acotado entre un mínimo de $3.806,10 y un
máximo de $3.832.
El dólar estadounidense
cerró la jornada de este martes con una ligera depreciación, cerrando en
$3.808,50. Este valor se situó $4,5 por debajo del visto ayer, que fue de
$3.813.
La cotización abrió en
$3.819,99, moviéndose en un rango acotado entre un mínimo de $3.806,10 y un
máximo de $3.832. Los analistas habían anticipado movimientos entre $3.795 y
$3.845.
La dinámica observada en
la jornada difiere de la semana anterior, según Acciones & Valores, cuando
grandes flujos de capitales, incluidas las adquisiciones del Gobierno por cerca
de US$2.186 millones, dominaron el movimiento del dólar:
La firma destacó que el
avance del dólar se produjo esta vez en un contexto de volumen moderado y de un
entorno político más tenso.
Petróleo, riesgo
geopolítico y decisión de OPEP+
Los precios del crudo, un
referente clave para la economía colombiana, retrocedieron levemente a pesar de
factores alcistas.
El petróleo repuntó
inicialmente, apoyado en una mayor prima de riesgo tras los daños en el Caspian
Pipeline Consortium, que obligaron a detener cargues, y por el aumento de
tensiones entre Estados Unidos y Venezuela.
Además, la OPEP+ confirmó
que mantendrá estable su producción en el primer trimestre de 2026.
A pesar de estos factores,
el barril WTI cerró en US$58,97 (-0,59 %) y el Brent en US$62,79 (-0,60 %).
Noticias económicas:
sólida expansión manufacturera
En Colombia, el PMI
manufacturero se mantuvo sólido en 54 puntos. Aunque la cifra se ubicó
ligeramente por debajo del 54,8 de octubre, indica una fuerte expansión con un
aumento considerable en la producción y los nuevos pedidos.
Finalmente, la deuda
pública (TES) en Colombia cerró mercados con una valorización del 0,14 %, que
equivale al promedio ponderado de todas las referencias de títulos de tesorería
que integran el ETF de Global X, que se negocia en la Bolsa de Valores de Colombia.
Esta información se toma
del indicador de Global X (GXTESCOL), que replica el índice GBI-EM de
J.P.Morgan para Colombia.
Por otra parte, los
cierres de TES de deuda pública, de acuerdo con el sistema de negociación del
Banco de la República, donde operan los grandes inversionistas de Colombia,
registraron los siguientes movimientos:
•Los TES de 2026 cerraron
en 9,348 % y la jornada previa finalizaron en 9,320 %.
•Los TES de 2028
terminaron en 11,310 %, mientras que el dato anterior fue de 11,200 %.
•Los TES de 2033 cerraron
en 12,540 % y la jornada previa finalizaron en 12,432 %.
•Los TES de 2050
terminaron en 12,500 %, mientras que el dato anterior fue de 12,595 %.
Fuente: Valora
OCDE advierte que la economía mundial es resiliente,
pero frágil; Colombia crecerá de forma moderada
La OCDE proyecta que el
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se modere del 3,3 %
registrado en 2024, al 3,2 % en 2025.
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió en su Economic Outlook
un crecimiento económico mundial que ha demostrado ser más resiliente de lo
esperado durante este año, a pesar de las crecientes barreras comerciales y la
elevada incertidumbre política.
Según el organismo, esta
solidez se debe en parte a políticas macroeconómicas de apoyo, mejores
condiciones financieras, un adelantamiento de la producción y el comercio, y
una fuerte inversión relacionada con la Inteligencia Artificial (IA).
No obstante, la OCDE
subraya que el panorama sigue siendo frágil. Se proyecta que el crecimiento del
Producto Interno Bruto (PIB) mundial se modere del 3,3 % registrado en 2024, al
3,2 % en 2025 y 2,9 % en 2026, antes de repuntar ligeramente a 3,1 % en 2027.
Los riesgos para estas
proyecciones incluyen un posible aumento adicional de las barreras comerciales
que podría infligir daños significativos a las cadenas de suministro y la
producción global, así como la posibilidad de correcciones abruptas de precios
debido a las altas valoraciones de activos impulsadas por expectativas
optimistas sobre las ganancias corporativas generadas por la IA.
Respecto a Colombia, el
informe proyecta que la economía crecerá a una tasa moderada, con una expansión
del PIB del 2,8 % en 2025, manteniéndose en 2,8 % en 2026 y acelerándose
ligeramente a 2,9 % en 2027.
Se espera que el consumo
privado se mantenga sólido, respaldado por la disminución de la inflación, un
mercado laboral fuerte y remesas robustas. A pesar de la incertidumbre, la
inversión comenzará una recuperación gradual, aunque parcial, gracias a la relajación
de las condiciones financieras.
En el ámbito de la
política monetaria, la OCDE anticipa que la postura será restrictiva para
asegurar el retorno de la inflación a la meta. A pesar de los esfuerzos, se
proyecta que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 3 % hasta
2027. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se proyecta en un promedio anual
de 5,1 % en 2025, 4,6 % en 2026 y 3,8 % en 2027.
En cuanto a las tasas de
interés, Colombia es una de las economías donde se asume una flexibilización
limitada de la política monetaria adicional para 2027, dado que las tasas al
final de 2026 siguen siendo relativamente restrictivas. Por último, dado que la
regla fiscal permanece suspendida, los déficits fiscales se mantendrán
significativamente amplios, proyectados en 7,1 % del PIB en 2025, 6,2 % en 2026
y 4,9 % en 2027.
Inflación se moderará en
el mundo y las tasas seguirán a la baja
El informe también detalla
indicadores macroeconómicos clave que reflejan la situación actual y las
proyecciones globales. En términos de inflación, se espera que el IPC anual en
los países del G20 se modere a 2,8 % en 2026 y 2,5 % en 2027, tras el 3,4 % de
este año.
Sin embargo, la
desinflación se ha estabilizado en algunas economías, impulsada en parte por
una mayor inflación de bienes. Las proyecciones indican que la inflación global
retornará gradualmente a la meta en la mayoría de las principales economías a
mediados de 2027.
El crecimiento del
comercio mundial real se proyecta en 4,2 % para 2025, pero se espera que se
desacelere bruscamente a 2,3 % en 2026, recuperándose a 2,8 % en 2027. Esta
moderación se debe a la reversión del adelantamiento de la actividad y al
impacto total de las mayores tasas arancelarias efectivas. La incertidumbre
sobre la política comercial ha alcanzado niveles históricamente altos.
En el frente laboral, la
demanda de empleo se ha desacelerado y las tasas de desempleo han tendido al
alza en general. La tasa de desempleo mediana de la OCDE se proyecta en 5 % en
2025 y 2026, y en 4,9 % para 2027.
Respecto a la política
fiscal y la deuda pública, el déficit primario subyacente solo muestra una
mejora modesta (0,3 % del PIB potencial) entre 2025 y 2027 en la OCDE. Se
proyecta que el ratio de deuda bruta del gobierno de la OCDE alcance el 113 %
del PIB promedio para finales de 2027.
Finalmente, en cuanto a la
política monetaria, se espera que las tasas de interés continúen reduciéndose
en los próximos trimestres en muchas economías avanzadas, con tasas reales
proyectadas a converger hacia rangos de niveles neutrales para finales de 2027.
Fuente: Valora
Colombia profundiza su déficit en cuenta corriente al
tercer trimestre; cifra llega al nivel de 2022
Entre julio y septiembre
de 2025, el saldo negativo llegó a representar el 2,4 % del Producto Interno
Bruto trimestral, con US$2.853 millones.
En el tercer trimestre de
2025, Colombia vio una ampliación en su déficit en la cuenta corriente, una
tendencia impulsada por el desempeño del comercio de bienes, según la balanza
de pagos del Banco de la República.
El informe de la entidad
señala que entre julio y septiembre el saldo negativo llegó a representar el
2,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) trimestral, con US$2.853 millones, una
cifra que no se veía desde finales de 2022 (US$4.609 millones).
El BanRep confirmó que
este indicador continuó ampliándose, pues la cifra más reciente es superior en
US$427 millones a la del segundo trimestre de 2025, que llegó a representar el
2,3 % del PIB.
“Este incremento se
explica por el mayor déficit de la balanza comercial de bienes (US$4.307
millones) y el aumento de los egresos netos de la renta de factores (US$3.170
millones), compensado parcialmente por el cambio de déficit a superávit de la
balanza de servicios (US$141 millones) y el aumento del superávit de las
transferencias corrientes (US$4.213 millones)”, detalló el banco central.
Del mismo modo, en el
acumulado enero-septiembre de 2025, el déficit corriente llegó a US$7.152
millones (2,2 % del PIB), lo que significa que es superior en US$2.552 millones
al del mismo periodo en 2024.
En este caso, el resultado
es producto de la ampliación en el déficit comercial de bienes, compensado
parcialmente por el incremento en los ingresos netos por transferencias
corrientes, en los menores egresos netos del rubro renta de los factores y el
cambio de déficit a superávit en la balanza comercial de servicios, de acuerdo
con la entidad.
Entradas netas de capital
aumentan
En contraste, la dinámica
económica externa de Colombia mantuvo su resiliencia en la cuenta financiera,
la cual registró un flujo de entradas netas de capital extranjero, de acuerdo
con la balanza de pagos del Banco de la República.
En el tercer trimestre de
2025, el país registró entradas netas de capital por US$2.232 millones, lo que
equivale al 1,9 % del PIB trimestral, las cuales mostraron un aumento de US$262
millones en comparación con el periodo anterior (abril-junio).
“Este resultado se explica
por los desembolsos netos de préstamos y otros créditos externos, mayores
ingresos netos de inversiones de cartera y de inversión directa, lo cual fue
compensado parcialmente por mayores constituciones de depósitos en el exterior”,
indicó el banco central.
En detalle, aquí aparecen
entradas netas de capital por US$2.232 millones que corresponden a ingresos de
capital extranjero (US$10.377 millones), salidas de capital colombiano
(US$8.009 millones), pagos de no residentes a residentes por ganancias en operaciones
de derivados financieros (US$398 millones) y al aumento de las reservas
internacionales por concepto de transacciones de balanza de pagos (US$534
millones).
Para los primeros nueve
meses del año, la cuenta financiera registró entradas netas por US$5.792
millones (equivalente al 1,8 % del PIB acumulado), lo que representa un flujo
positivo superior en US$2.203 millones frente al mismo periodo de 2024.
La entidad señaló que esta
dinámica se debe a los mayores ingresos netos por inversiones de cartera,
compensados parcialmente por mayores constituciones de depósitos en el
exterior, mayores amortizaciones netas de préstamos y otros créditos externos,
y menores ingresos netos de inversión directa.
Contexto de la posición de
inversión internacional
Al cierre de septiembre de
2025, la posición de inversión internacional neta de Colombia se mantuvo en
terreno negativo, alcanzando los US$194.546 millones (46 % del PIB anual).
El Banco de la República
dejó ver que este saldo se compone de pasivos por US$493.089 millones y activos
por US$298.543 millones. La estructura de pasivos subraya la relevancia de la
inversión extranjera directa como fuente de capital a largo plazo, ya que
representó el 57,2 % del total de los pasivos externos.
Los resultados sugieren
que, si bien el país enfrenta un reto estructural con el déficit comercial de
bienes, mantiene un atractivo significativo para el capital extranjero, lo cual
resulta clave para la estabilidad macroeconómica y la financiación de la brecha
externa.
Fuente: Valora
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