Claves para superar la peor crisis fiscal de Colombia desde la pandemia, según Sectorial
La consultora identificó
tres prioridades para lograr un crecimiento económico acelerado relacionadas
con comercio, petróleo y productividad.
Las finanzas públicas de
Colombia atraviesan su peor momento desde la pandemia. El déficit fiscal
proyectado para 2025 se acercará al 8 % del Producto Interno Bruto (PIB), lo
que supera incluso los niveles registrados durante la crisis del COVID-19. Esto
implicará que el próximo gobierno tome decisiones estratégicas urgentes, según
un análisis de Sectorial.
La consultora identificó
tres prioridades para lograr un crecimiento económico acelerado: atacar las
barreras de productividad empresarial, evaluar la reactivación responsable de
proyectos de fracking y capitalizar las oportunidades comerciales con Venezuela.
Uno de los principales
obstáculos estructurales identificados es el bajo nivel de productividad
empresarial, lo que describió como una barrera clave que debe ser atacada para
lograr la recuperación.
Alejandro Escobar, gerente
estratégico de Sectorial, advirtió que la situación es tan grave que solo el 3
% de las empresas colombianas tiene capacidad de ser verdaderamente productiva,
lo que tiene repercusiones en el crecimiento económico.
Este desafío se ancla en
el tamaño de las compañías. En promedio, las empresas en América Latina emplean
solo 3 personas, según datos de Brookings Institution.
El vocero detalló que esta
situación se convierte en un círculo vicioso porque las empresas pequeñas no
pueden invertir en capacitación, dado que, al llevar a una persona a formación,
pierden una tercera parte de su capacidad operativa, y sin capacitación, no
pueden crecer.
La firma también sugiere
evaluar la reactivación de proyectos de exploración no convencional que se
puedan hacer de forma responsable con el medio ambiente, pues estos ingresos
tienen capacidad de sanear las finanzas públicas.
Paralelamente a la
necesidad energética, el análisis destaca que Colombia debe capitalizar las
oportunidades comerciales con Venezuela y aprovechar las transformaciones
geopolíticas globales, incluyendo el fenómeno del «reshoring» estadounidense y
los cambios en las cadenas de suministro internacionales.
Según Escobar, el camino
rápido de crecimiento para Colombia está en Venezuela, pero para lograrlo, «se
necesita que vuelva la democracia». Las cifras comerciales respaldan esta
perspectiva: las exportaciones desde Colombia a Venezuela alcanzaron aproximadamente
US$2.050 millones en los primeros cinco meses de 2024, generando superávits
comerciales que llegaron a US$673 millones en años anteriores, como 2022.
Más allá de las tres
prioridades inmediatas, el estudio de Sectorial también revela problemáticas
estructurales en el mercado laboral. Aunque Colombia ha mantenido un promedio
de 21 millones de ocupados en los últimos 13 años, las tasas de informalidad laboral
oscilan entre el 47 % y el 58 %, mientras que el desempleo se movió entre el
8,6 % en 2019 y el 13,9 % durante la pandemia.
Sectorial advierte que
Colombia requiere una agenda integral para la recuperación, la cual debe
incluir: el fortalecimiento del sistema de salud, la mejora de infraestructura,
las relaciones internacionales estratégicas, el crecimiento sostenible, la reducción
de la pobreza, el saneamiento de las finanzas públicas, la consolidación de la
democracia y la garantía de seguridad física y energética.
El análisis concluye que
el panorama exige una acción inmediata. El próximo gobierno tendrá que tomar
decisiones valientes en múltiples frentes simultáneamente. «No hay tiempo para
reformas graduales cuando el país enfrenta una situación fiscal tan compleja»,
dijo Escobar.
Sin estas reformas
estructurales, la advertencia es clara: Colombia podría quedarse rezagada en un
contexto internacional cada vez más competitivo.
Fuente: Valora
Cooperativas de Ahorro y Crédito tendrían nuevas exigencias de capital y
liquidez
Un proyecto de decreto del
Gobierno buscando alinear la regulación de estas entidades con los estándares
internacionales más recientes.
El Ministerio de Hacienda
y Crédito Público y la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación
Financiera (URF) publicaron para comentarios un proyecto de decreto que busca
actualizar y fortalecer las reglas prudenciales aplicables a las Cooperativas
de Ahorro y Crédito (CAC).
Esta iniciativa, que se
dirige principalmente a las Cooperativas de Ahorro y Crédito de categoría plena
e intermedia, también se aplicaría a las cooperativas multiactivas e integrales
con sección de ahorro y crédito.
El objetivo de la
propuesta de decreto, disponible para la recepción de comentarios hasta el 7 de
octubre, es introducir la cobertura de riesgo operacional y de mercado, mejorar
la calidad del patrimonio técnico y actualizar el fondo de liquidez de las cooperativas
y los fondos de empleados.
La normativa, aún en
borrador, buscando alinear la regulación de estas firmas con los estándares
internacionales más recientes, como el marco de Basilea III, un conjunto de
normativas bancarias internacionales desarrolladas por el Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea.
A pesar de los avances
regulatorios previos, existen brechas en la gestión de riesgos (crédito,
mercado, operacional y liquidez) de estas empresas en comparación con las
Cooperativas Financieras (CF) y los estándares globales.
Por ello, el objetivo de
la propuesta es mejorar la calidad y cantidad del capital regulatorio,
priorizando su capacidad de absorción de pérdidas, promover la revelación
adecuada de los riesgos que asumen las entidades y cerrar las brechas de
regulación prudencial frente a los estándares locales e internacionales,
tomando en cuenta la segmentación de las organizaciones.
Las Cooperativas de Ahorro
y Crédito captan depósitos para colocarlos nuevamente a través de operaciones
de crédito e inversiones. A diciembre de 2024, operaban 172 entidades de este
tipo vigiladas por la Superintendencia de la Economía Solidaria y contaban con
activos por $13 billones.
Otra fuente indica que los
activos ascendían a $22 billones, con 3 millones de asociados.
Nuevas reglas prudenciales
y cobertura de riesgos
El proyecto de decreto
introduce una segmentación de la regulación prudencial según las categorías de
las Cooperativas de Ahorro y Crédito. Los principales ajustes se centran en el
patrimonio técnico y la cobertura de riesgos para las categorías plena e intermedia.
Por un lado, se busca
depurar el patrimonio técnico de cuentas que no tienen capacidad de absorción
de pérdidas y se proponen nuevas exigencias de solvencia, como un mínimo del
4,5 % en la relación de solvencia básica (relación entre el patrimonio básico
neto de deducciones y el valor de los activos ponderados por nivel de riesgo
crediticio y operacional) y del 3 % en la relación de apalancamiento, además de
un colchón de conservación del 1,5 % del valor de los activos ponderados por
nivel de riesgo (crediticio, de mercado y operacional) en el patrimonio básico.
Por otro lado, la
propuesta exige que el cálculo de los Activos Ponderados por Nivel de Riesgo
(APNR) sea más sensible, utilizando calificaciones externas y considerando más
categorías de contraparte, como un riesgo operacional de pérdidas por fallos en
procesos, personal o sistemas entre el 4,5 % y el 9 %, que se incluye en el
cálculo de la relación de solvencia total, y un riesgo de mercado que abarca
las pérdidas derivadas de movimientos en los precios de instrumentos
financieros (tasas de interés, tipos de cambio).
La actualización normativa también es relevante para los Fondos de Empleados de categoría plena, ya que modifica el régimen del fondo de liquidez aplicable a ellos.
El decreto busca ajustar
las reglas del fondo de liquidez para que cumpla mejor su objetivo de absorber
choques temporales y permitir un manejo más eficiente de los recursos.
La propuesta establece que
el fondo de empleados debe estar constituido únicamente por activos líquidos de
alta calidad, específicamente cuentas de ahorro o corrientes en
establecimientos de crédito vigilados y Títulos de Tesorería (TES) emitidos por
el Gobierno nacional.
Adicionalmente, se plantea
suprimir el comité de liquidez de las organizaciones para evitar duplicidad
administrativa, dado que ya cuentan con un comité de riesgos encargado de
revisar todos los riesgos.
La URF anticipa un impacto
positivo
En términos de solvencia,
la URF estima que las Cooperativas de Ahorro y Crédito de categoría plena e
intermedia contarían con capital suficiente para cumplir con todas las nuevas
relaciones.
De aprobarse el decreto,
la relación de solvencia total aumentaría, situándose en 30,5 % para las CAC
plenas y 29,6 % para las intermedias (frente a un límite mínimo del 9 %).
Además, las plenas tendrían suficiente patrimonio básico para cumplir con el colchón
de conservación.
Por su parte, el valor de
los Activos Ponderados por Nivel de Riesgo (APNR) disminuiría, alrededor de
$1,5 billones para las plenas y $1,6 billones para las intermedias, debido
principalmente al ajuste de ponderadores de la cartera crediticia.
Respecto al fondo de
liquidez para las cooperativas y los fondos de empleados plenos, aunque el
tamaño efectivo del fondo promedio se reduciría, la exigencia de mantener
activos de alta calidad generaría la necesidad de reajustar sus tenencias.
Además, se estableció un
régimen de transición de 36 meses para que las entidades den cumplimiento a las
disposiciones, mientras que la Superintendencia de la Economía Solidaria (SES)
contará con 18 meses para expedir las instrucciones necesarias.
Fuente: Valora
FMI alerta que la deuda pública global se dispara y urge
adoptar “límites de contención fiscal”
El FMI prevé que la deuda
pública global continuará subiendo durante los próximos años e instó a
establecer reglas fiscales sólidas.
La deuda pública global ha
escalado a niveles sin precedentes en las últimas dos décadas, impulsada por
las respuestas fiscales a crisis como la de 2008 y la pandemia de COVID-19,
según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esta tendencia alcista,
combinada con crecientes presiones de gasto, subraya la necesidad de que los
gobiernos implementen urgentemente marcos de disciplina fiscal robustos, de
acuerdo con los expertos Raphael Lamb, subdirector de división del departamento
de asuntos fiscales del FMI, y Julian Akalan, economista del FMI.
Lamb advirtió que hay un
panorama desalentador. «La deuda pública global está prevista que continúe
subiendo durante los próximos años, incluso para los países con una deuda
estabilizada, el riesgo en el panorama de la deuda se espera que sea al alza
cuando miramos hacia adelante,» señaló.
También dijo que los
gobiernos se enfrentan a «demandas crecientes para aumentar el gasto en el
envejecimiento de las poblaciones, la defensa, así como en las necesidades de
desarrollo».
Ante esta incertidumbre fiscal creciente, la investigación del FMI, titulada «Fiscal Guardrails against High Debt and Looming Spending Pressures» (Límites de contención fiscal contra la alta deuda y las inminentes presiones de gasto), insta a establecer reglas fiscales sólidas para fomentar la disciplina y gestionar las demandas de servicios públicos.
Según el FMI, más de 120
países ya han adoptado al menos una regla fiscal y aunque ha habido un esfuerzo
reciente por introducir mayor flexibilidad (como las cláusulas de escape),
persisten desafíos preexistentes y la efectividad sigue siendo débil, particularmente
en los mercados emergentes y países en desarrollo.
En Colombia, por ejemplo,
el Ministerio de Hacienda reveló a principios de este año que sí cumplió con la
Regla Fiscal en 2024, a pesar de que el déficit fiscal estuvo 1,2 puntos
porcentuales por encima de la meta definida (5,6 %) y cerró el año en el 6,8 %
del PIB. Los expertos manifestaron que en realidad no se había logrado cumplir
con el objetivo propuesto.
Las tres claves para
mejorar las reglas que guían la disciplina fiscal
El informe destaca que el
principal desafío político es diseñar reglas que preserven la disciplina fiscal
y mitiguen los riesgos soberanos, al tiempo que permitan una estabilización
contracíclica y una inversión productiva a largo plazo.
El economista del FMI,
Julian Akalan, se refirió a los tres pilares que identificaron para mejorar el
diseño de dichas reglas: la elección de un anclaje fiscal prudente (un objetivo
de deuda a medio plazo calibrado según las características del país y riesgos
específicos), el fortalecimiento de las instituciones fiscales (incluyendo
marcos fiscales a medio plazo y supervisión independiente) y la introducción de
mecanismos de corrección sólidos.
Particularmente, según el
organismo, los mecanismos de corrección son cruciales para generar credibilidad
en el mercado, ya que especifican con antelación un camino de ajuste fiscal más
estricto cuando los riesgos de deuda aumentan.
Además, el análisis
empírico respalda su eficacia. Según el FMI, «la introducción de una regla
fiscal con un mecanismo de corrección robusto contribuyó a una disminución
significativa y duradera del diferencial soberano en estos países de alrededor
del 25 %».
Una de las advertencias
clave de los expertos se centra en la tentación de los gobiernos de excluir
ciertos tipos de gasto de las reglas fiscales, como la inversión, para cumplir
con los límites sin hacer reducciones.
Lamb explicó que, si bien
esto puede parecer una solución a corto plazo, abre la puerta a la mala
clasificación del gasto y a un riesgo de insostenibilidad: «la exclusión de las
reglas de gasto tiende a llevar a una acumulación de deuda, por lo que si se
omiten algunas inversiones adicionales ciertamente los países podrán acatarlas,
pero, al mismo tiempo, la deuda continuará acumulándose, lo que podría socavar
las preocupaciones sobre su sostenibilidad, especialmente para aquellos países
donde ya es alta».
Para los países con altos
niveles de endeudamiento (como los que inician con un 110 % o 140 % del PIB),
relajar las reglas para financiar inversiones adicionales aumentaría la deuda a
un nivel aún más insostenible, ya que las tasas de interés se dispararían y los
efectos positivos sobre la producción serían más débiles.
El FMI concluyó que
cualquier ajuste a las reglas fiscales debe ser cuidadosamente calibrado para
preservar la sostenibilidad de la deuda y mantener la transparencia.
Fuente: Valora
Dólar en Colombia cerró a la baja y se mantiene en zona de
resistencia; deuda pública se valorizó
La tasa de cambio se movió
este viernes entre mínimos de $3.885 tras la apertura y máximos de $3.920,50
antes de retomar su senda bajista.
El dólar en Colombia cerró
este viernes con un precio de $3.901,90, de acuerdo con los registros de
Set-Icap. Esta cifra es inferior a los $3.920,50 al final de la sesión de ayer.
Los analistas de JP Tactical Trading destacaron que la mayor parte del día, el dólar en Colombia estuvo respetando la zona de resistencia sobre la cual se debe consolidar, entre $3.910 y $3.915. La firma recomendó a los inversionistas no vender por la relación riesgo-retorno.
La tasa de cambio se movió
este viernes entre mínimos de $3.885, tras la apertura, y máximos de $3.920,50
antes de retomar su senda bajista previo al cierre.
Acciones & Valores
señaló que el peso colombiano se perfila para cerrar la semana como la divisa
de peor desempeño en la región, acumulando una depreciación cercana al 1 %
frente al dólar. No obstante, en el balance mensual, el COP todavía conserva una
apreciación cercana al 4 %, mientras el sesgo bajista de la tasa de cambio
sigue predominando en el corto plazo.
Los precios del petróleo
registraron un leve repunte, con un aumento semanal superior al 4 %, impulsado
por la reducción en las exportaciones rusas tras los ataques ucranianos a su
infraestructura energética.
A la 1:15 p.m., la
referencia WTI se cotizaba en US$65,38 por barril con un aumento del 0,50 % y
el Brent subían un 0,71 % hasta US$69,91.
En Estados Unidos, los
datos de agosto del índice de precios del gasto de consumo personal (PCE), el
indicador preferido por la Fed, mostraron una variación anual del 2,7 % y
mensual del 0,3 %. Además, la fortaleza de la economía se validó con una revisión
al alza del PIB del segundo trimestre de 2025 al 3,8 % anualizado
En Colombia, el DANE
reveló que en 2024 se registraron 453.901 nacimientos, la cifra más baja en 10
años. Esto representa una caída del 12 % frente a 2023 y del 31,3 % en
comparación con 2015, lo que equivale a más de 200.000 bebés menos en menos de
una década.
Finalmente, la deuda
pública (TES) en Colombia cerró mercados con una valorización del 0,05 %, que
equivale al promedio ponderado de todas las referencias de títulos de tesorería
que integran el ETF de Global X, que se negocia en la Bolsa de Valores de Colombia.
Por otra parte, los
cierres de TES de deuda pública, de acuerdo con el sistema de negociación del
Banco de la República, donde operan los grandes inversionistas de Colombia,
registraron los siguientes movimientos:
•Los TES de 2026 cerraron
en 8,889 % y la jornada previa finalizaron en 8,900 %.
•Los TES de 2028
terminaron en 9,908 %, mientras que el dato anterior fue de 9,900 %.
•Los TES de 2033 cerraron
en 11,564 % y la jornada previa finalizaron en 11,450 %.
•Los TES de 2050
terminaron en 11,716 % y el dato anterior deja ver que terminaron en 11,581 %.
Fuente: Valora
Sura Investments ve inflación en Colombia por encima de 5
% para fin de 2025; dólar seguiría por debajo de $4.000
La filial de Grupo también
consideró que la inyección de dólares a la economía mantendría la tasa de
cambio por debajo de $4.000.
Sura Investments, filial
de Sura Asset Management (Grupo Sura), actualizó sus proyecciones sobre la
economía colombiana para lo que queda de 2025 y 2026, en las que se destacó un
desempeño positivo, a pesar de la persistencia de alertas fiscales, en línea con
el comportamiento de algunas economías mundiales.
En primer lugar, se
destacó que la expansión económica global continua, poniendo como ejemplo el
crecimiento de 3,8 % que arrojó la economía de Estados Unidos en el segundo
trimestre de 2025.
Mauricio Guzmán, jefe de
estrategia de inversión de Sura Investments, destacó que “tenemos una política
monetaria y fiscal en terreno expansivo. Los bancos centrales vienen en un
ciclo de recorte de tasas hace unos meses. Suiza, donde Colombia ha hecho operaciones
de deuda, tiene tasa en 0 %”, con excepción de EE. UU.
Y consideró que el ciclo de política expansiva continuará en el país estadounidense, a lo que se suma que la política fiscal está en terreno expansivo. “No es solo Colombia, todos los gobiernos están gastando. Eso crea condiciones favorables para activos de riesgo, sobre la renta fija”, afirmó.
Preferencias de Inversión
Guzmán aseguró que desde
la firma tienen preferencia por activos de riesgo, ante buenas perspectivas en
utilidades y en expansión de Capex. Puso de ejemplo que, en 2024, las empresas
que componen el S&P500 crecieron 11 %, con una expectativa sobre 5 %.
Y explicó este
comportamiento: “Ya no son solo las 7 magníficas, otras compañías se están
sumando a la tendencia positiva. Hay más empresas que se benefician del boom de
inteligencia artificial. Estas inversiones se trasladan a mejor balance”.
Sin embargo, explicó que
este crecimiento, sumado a la expansión fiscal de Estados Unidos, crea
presiones inflacionarias, por lo que las tasas de interés de los bonos pueden
tener presiones alcistas.
Crecimiento en Colombia y
cautela
Al revisar al país, la
compañía indicó que, al observar una economía global sana, “cuando lo traemos,
nos hace estar también positivos en la economía colombiana”, a pesar de una
inflación relativamente alta, con tasas del Banco de la República también en
niveles relativamente altos.
“En Colombia tenemos
también una economía que para este año que crecería cerca de 2,5 % y que el
próximo año se aceleraría a niveles cercanos al 2,7 %”, destacó Guzmán.
También destacó los datos
de consumo positivos, pero alertó, en línea con múltiples analistas, que la
gran preocupación es el tema fiscal.
“Buena parte del
crecimiento está siendo liderado por el consumidor y por este este impulso
fiscal en Colombia, que tiene una contrapartida en las preocupaciones sobre la
sostenibilidad de ese gasto. Además, la inversión privada sigue siendo el gran
eje de preocupación para nosotros y la razón por la que a largo plazo somos
algo más cautelosos”, aseguró. Guzmán.
Expectativa de inflación,
tasas y dólar
En relación con la tasa de
cambio, Sura Investments cree que el dólar en Colombia cerrará por debajo de
$4.000, pues “vemos las condiciones dadas, tanto por el desempeño de la moneda
a nivel mundial, como por algunas operaciones, particularmente crédito público
que ha estado inyectando bastantes dólares al mercado local y eso también le
pone algo de techo a la cotización del dólar”, dijo Guzmán.
En el caso de la
inflación, se mantendría este año por encima del 5 %, y se espera que el
próximo año baje, pero aún por fuera de la meta del Banco de la República, es
decir, cerrando en torno al 4,2 %, lo que se traduce en un año más sin lograr
llegar a la meta del emisor.
En esa misma línea, para
la firma la tasa de interés del BanRep tendría estabilidad en lo que queda del
año: “no vemos un margen para recortes y para el próximo año un recorte
aproximado de 100 puntos básicos, similar a lo que esperamos que converja la inflación”,
afirmó el jefe de estrategia de inversión de Sura Investments.
Fuente: Valora
Inversión extranjera en Colombia cae 20 % en lo que va
2025 y completa dos años en rojo
Solo en agosto, los flujos
que entraron fueron los más bajos para un mes desde 2021.
La inversión extranjera en
Colombia no levanta cabeza y suma un nuevo mes de caídas, de acuerdo con las
más recientes cifras de la balanza cambiaria reveladas por el Banco de la
República.
Según el reporte del emisor, en agosto, los flujos de capital desde el exterior sumaron US$584 millones, la cifra más baja en lo corrido del año e, incluso, el peor registro para un mes desde 2021, cuando el país aún sentía el coletazo de la pandemia.
Además, este dato es 13,8
% inferior al logrado un año atrás, cuando se alcanzaron los US$677 millones.
Cifras confirman fuertes
caídas de la inversión extranjera en Colombia
Los datos oficiales del
Banco de la República confirman que Colombia atraviesa por contracción
prolongada de la atracción de inversión extranjera, sobre todo en los últimos
dos años.
Después de un crecimiento
del 17 % en 2023, el país experimentó una reducción del 19 % en 2024 y en lo
corrido del 2025 hasta agosto registra una pérdida acumulada del 20 %.
La serie histórica también
muestra la magnitud del deterioro. Mientras que entre 2021 y 2022 Colombia
atraía más de US$900 millones en algunos meses -con picos superiores a US$1.500
millones- en 2025 la mayoría de los registros han estado debajo de US$800
millones.
Según José Manuel
Restrepo, rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda, estas
reducciones responden a una “profunda incapacidad para construir con el sector
empresarial confianza y consensos”.
Fuente: Valora
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